No quiero envenenar mis emociones. ¿No me dijiste que era yo la protagonista de mi vida? ¿Por qué, entonces, no dejas de cavalgar totalmente desbocada? No quiero ser caballo salvaje, quiero ser un caballo afable y fácil de manejar.
Quiero que tus palabras no erosionen mi autoestima, porque me importa cuando piensas que soy de papel. Mas si es cierto, que hay veces en que no puedo disimular las lágrimas (-da igual que sean de cocodrilo o de caimán-) y te influyen negativamente. No entiendo si tan sensible eres, por qué te enfadas. Mi reacción sería la contraria, compadecerte, intentar comprenderte. Mano blanda, en fin.